Es normal sentir que hay demasiados recuerdos o, por el contrario, pensar que “no hay nada interesante que contar”. Pero no se trata de escribirlo todo, sino de comenzar con algo pequeño pero significativo: una anécdota, una emoción recurrente, una escena que te marcó. Tu historia no tiene que ser perfecta, solo tiene que ser tuya.

Este proceso no busca “literatura de premio”, sino escritura auténtica. Lo más poderoso de tu eBook será la voz con la que cuentas tu historia. Si escribes desde la verdad emocional, ya estás haciendo un trabajo valioso. Escribir bien es escribir con el corazón claro.

Escribir también puede ser una forma de sanar. Si algo te duele, puedes decidir cómo abordarlo: con distancia, con compasión, con fuerza, o incluso con humor. Este espacio es tuyo. No estás obligado a contarlo todo, pero si decides abrir esa puerta, hazlo con cuidado y con amor propio. A veces, la tinta es bálsamo.

Piensa en algún momento que te haya cambiado, una experiencia que aún recuerdes con fuerza, o una vivencia que te gustaría que otras personas comprendieran. Elige con el corazón, no con la cabeza. Lo que para ti es cotidiano, puede ser inspirador para otros. Lo cotidiano también deja huella.

Quizás alguien que ha pasado por algo parecido, alguien que busca una palabra que lo consuele, alguien que necesita ver que no está solo. O quizás tú mismo/a dentro de unos años. Este mini eBook es un legado, un espejo y una semilla. Tu voz puede ser la voz que alguien más necesitaba escuchar.

Ese miedo es válido. Pero recuerda: tú decides cuánto revelar, cómo contarlo y a quién mostrárselo. Esta escritura es un ejercicio de libertad, no de obligación. La vulnerabilidad también puede ser un acto de coraje creativo.

No hay un momento exacto. Pero sentirás una especie de paz, o una claridad interior cuando llegues al punto en que el texto te represente con honestidad. Más que perfecto, debe sentirse auténtico.

Puedes guardarlo como un tesoro íntimo, compartirlo con tu familia, inspirar a tus redes sociales, o incluso publicarlo como un legado de vida. Las posibilidades son tan amplias como tu intención. Cada palabra escrita deja una huella, aunque no la veas de inmediato.